Nuestro programa residencial de Restauración requiere un compromiso de diez (10) meses, como mínimo, dividido en cinco (5) módulos. Diariamente a  todos los hombres se les asignan metas de trabajo, con el propósito de que adquieran valores éticos fundamentales para que puedan desarrollar correctamente sus habilidades y las coloquen al servicio de la institución, bajo un ambiente supervisado.

a. Periodo de inducción (4 semanas):
Durante esta fase de tiempo, se aprende a escuchar la voz de Dios, escribiendo en un diario todo lo que el Señor les habla a través de su palabra y la oración. El diario es la herramienta más importante que se tiene y se aprende en Canaán, ya que es aquí donde se escribe todo lo que se aprende en esa relación o comunicación directa con Dios.

A cada estudiante se le asigna un hermano mayor, para que en los primeros quince (15) días aprenda el diario vivir, acerca de la salvación, las normas del programa y a escuchar la voz de Dios. El hermano mayor también sirve como un mentor, no sólo para enseñarle las normas, sino también para darle la atención específica uno a uno, la cual se considera muy necesaria en momentos difíciles y críticos del programa. 

En resumen, el periodo de inducción es un nuevo comienzo para el estudiante, ya que sirve para la construcción de una base sana para su nuevo desarrollo, despejando su mente del impacto psicológico negativo que causó el consumo de sustancias psicoactivas y permitiéndole vivir un nuevo estilo de vida con su mirada siempre puesta en nuestro Señor Jesucristo.

b. Periodo de Orientación (8 semanas)
Durante esta fase, las enseñanzas se dirigen a dos áreas principales: La confianza y la responsabilidad. La principal prioridad es comenzar a desarrollar la confianza en Dios, la cual es supremamente importante para empezar a derribar los muros que los mantienen atados a la adicción. La segunda prioridad es que comiencen a tomar posesión de sus vidas y las decisiones que ha tomado.

A través del contrato de Regeneración, el estudiante aprende a mirar su adicción y los efectos devastadores que ha tenido en su vida y en la vida de los demás. Como resultado de ello, comienzan a asumir responsabilidad por sus acciones y desarrollan una actitud de integridad.

Se les pide analizar qué consecuencias han tenido sus acciones a causa de la adicción en aspectos legales, financieros y relacionales, haciendo una lista de reparación. Esto se traduce en la realización de las relaciones claves y de oportunidades en sus vidas. Sin ayuda de un programa, los adictos se mantendrían en estado de fantasía, lo cual los hace continuar en adicción. La fase de orientación implementa los primeros pasos para ayudar al estudiante a liberarse de este flagelo.

También en esta fase,  es en donde el estudiante coloca sus “casas”, y las presenta a sus compañeros y profesores, con los principales hechos que le han dado forma a su actual personaje. Allí podrán ver los episodios en sus vidas que los llevaron a tener heridas, como también, el resultado de sus acciones. Al final, los profesores de esta fase, les ayudarán a sanar todo, mediante la oración y su cercana relación con Dios. Esta fase es sólo un paso más en el proceso de llegar al corazón del estudiante y la regeneración del mismo, a imagen de Dios.

c.Periodo de regeneración (10 semanas)
En esta fase, los estudiantes aprenderán los aspectos físicos y psicológicos de la dependencia química, también aprenderán a tomar una responsabilidad más profunda de sus vidas, para su completa recuperación, aprenden a ver la vida desde un punto de vista cristiano y por último, a cómo identifcar y resolver el DPV (desarrollo para volver a drogarse o beber alcohol). 

Esta fase del programa, explora las etapas de la creciente dependencia de los productos químicos y qué compromisos son necesarios en el camino hacia la recuperación. También incluye la información científica sobre la enfermedad y diversos conocimientos sobre los daños causados a nuestros procesos de pensamiento. Es importante que el estudiante pueda comprender cómo la mente se ha contaminado, con el fin de analizar los efectos de control de la adicción. 

Las lecciones también están diseñadas para exponer los mecanismos de negación y defensa que son tan frecuentes en la vida de los adictos. Los estudiantes también comienzan a darse los puestos de responsabilidad en el lugar de trabajo, en los dormitorios y en el cuidado de sus “hermanos menores” al entrar en el programa. 

Al final de esta fase, se establecen grupos pequeños, los cuales son escenciales como parte de la recuperación del estudiante. Dos (2) veces a la semana, los estudiantes llegan a participar en estos grupos en los que se les anima a desarrollar la confianza en otros estudiantes y a aprender a procesar su pasado a través de cartas de perdón.

d. Sanidad Interior (10 semanas)
Aquí es donde los estudiantes del programa se pueden enfocar directamente en su sanidad, muy necesaria para sacar todas sus heridas del alma. Sanidad interior comienza con un hombre mirando sus mecanismos de defensa, en un nivel aún más profundo. Es en esta fase en donde la verdad que hay en la palabra de Dios, nos ayuda a desplazar todas las mentiras que por años hemos creído y se aprende a vivir plenamente en la libertad que nos otorga el Señor, al sanarnos.

Las lecciones sobre el rechazo, el proceso de duelo, los juicios, la adicción sexual, y probablemente lo más importante, el perdón, están diseñados para identificar las heridas del pasado, sacarlas a la luz y permitir que sea el Señor sanando cada una de ellas. La mayoría de los adictos provienen de una familia disfuncional, donde muchas veces fueron abusados. El problema es que la misma herida que provocó el abuso los convirtió en abusadores, de victima a victimario.

Los estudiantes aprenden a reconocer ésto y son guiados en un proceso de sanidad. La toma de decisiones y la responsabilidad son claves en esta fase del proceso de recuperación. Esta es una de las razones por las que la Fundación Canaán Internacional es un programa de regeneración en lugar de un programa de rehabilitación; hemos comprendido que no es simplemente llevar a un hombre a su estado anterior, ya que tal hecho es ineficaz, sino que debemos llevar a cabo una regeneración mental. Esto se logra, en parte, a través de una profunda sanidad emocional y espiritual, un nuevo nacimiento, porque la meta fundamental no es la sobriedad, sino una profunda intimidad con El Señor.

e. Discipulado (10 semanas)
Aquí los hombres se llevan al más alto nivel. Ellos son los líderes en el programa y se espera que vivan como tales. A los discípulos se les otorga la oportunidad de liderar y de fomentar sentido de pertenencia al resto de los estudiantes. Algunas de esas posiciones asignadas son como tal: Los monitores de dormitorio, los líderes de áreas de trabajo, y lo más importante, cuando un nuevo hermano entra en el programa, los que se encargan de enseñarles el diario vivir y a escuchar la voz de Dios.

Las lecciones que se enseñan en el aula tienen el propósito de desafiar los sistemas de creencias erróneas acerca de Dios y su propia relación personal con El. En esta fase, el sociograma se trae de nuevo, pero el nivel de responsabilidad es aún más profundo. Ahora es el momento en el que el estudiante también se convierte en el lider de un pequeño grupo, donde ayuda a otros y enseña a sus hermanos más jóvenes a cómo escribir y procesar sus cartas de perdón. Una vez más, estamos enseñando principios importantes de como retribuir, ayudando a otros. Después del discipulado, los estudiantes han completado el programa en su primera etapa y se convierten en hombres de valor para la sociedad y todo a su alrededor. Con toda confianza y amor, pueden desarrollar el ministerio de consolación, descrito en 1Corintios 1:3-5 : ”Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.”

Te animamos a que inicies o continúes tu proceso! No conocemos tu situación ni lo que estás viviendo, pero estamos dispuestos a caminar contigo de la mano, ¡Canaán es un lugar seguro! ¡Te amamos!

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